Los pasado días 31 de octubre a las 21:30h y 1 de noviembre a las 17:00h , el Grupo Sax-Ensemble actuó en Teatro Municipal de Guarda (Portugal) y Auditorio Cineteatro Avenida Castelo Branco (Portugal), respectivamente, con motivo del intercambio musical con el grupo portugués Sintese GMC.
El programa seleccionado para ambos conciertos fue el siguiente:
FERNANDO BUIDE _________________________________________________ Nocturnal
TOMÁS MARCO _________________________________________________ Rosa-Rosae
JESUS VILLA ROJO ____________________________________ Glosas a Sebastián Durón
ZULEMA DE LA CRUZ _______________________________________ La Colina del Viento
JÔAO GUILHERME RIPPER ____________________________________________ Sexteto
Los músicos que participaron en estos conciertos fueron: Santiago Serrate (Director), Maite Raga (Flauta), Salvador Salvador (Clarinete), Francisco Martínez (Saxofón), Emilio Robles (Violín), Pilar Serrano (Violonchelo) y Manuel Jesús Corbacho (Piano).
“Vientos desde el Mediterráneo al Atlántico”
En esta propuesta musical, el grupo Sax-Ensemble presenta un programa de concierto que nos lleva desde Italia a Rio de Janeiro para un aplantilla de grupo de cámara con saxofón. El concierto comienza con Fernando Buide de Real que es actualmente uno de los compositores españoles que está en plena explosión del éxito con operas y estrenos sinfónicos, tanto en España como en Europa y Estados Unidos. Sandro Fazzolari es un compositor Milanés de formación americana que sabe expresar con todo sentimiento una obra dedicada al corazón. A continuación el Maestro Villa Rojo, uno de los decanos actuales de la composición Española, nos presenta una pieza de construcción muy sencilla inspirada en el barroco. El viaje nos lleva ya a América con una obra de la aclamada Zulema de la Cruz con ritmos brasileños y termina con una obra del Compositor brasileño Joao Ripper. Un viaje desde la calma de la noche a el ritmo brasileño de la música.
Fernando Buide: Nocturnal
“Nocturnal nace fruto de un encargo de la Fundación Sax-Ensemble en 2015. Escrita para un sexteto, la obra se articula en un solo movimiento. La calma de un paisaje nocturno es la idea germinal de este fresco instrumental de unos diez minutos de duración. Sobre un sencillo y silencioso acompañamiento van surgiendo las melodías del saxo, primero como resonancias de notas del piano, después como pasajes más agitados y virtuosísticos. De los trazos melódicos que paulatinamente dibuja el saxo, surgen el resto de instrumentos. Como si se tratase de una improvisación continua sobre un imperceptible motor rítmico, la obra avanza desde la placidez inicial a momentos centrales de gran agitación y desasosiego. La conclusión de Nocturnal, retoma el silencio e inmovilidad del arranque de la pieza, a modo de una narrativa onírica donde el comienzo y el final se entrelazan”.
Tomás Marco: Rosa-Rosae
Rosa-Rosae es un clásico, y no sólo dentro de la abultada producción de su autor, sino en el mismo panorama de la música española del siglo XX. La escuché por primera vez en Rentería, a principios de los años 70 (con Bernaola al clarinete), cuando para mí la música acababa no más allá de Stravinsky, Bartók, o como mucho la Suite Lírica de Alban Berg; y fue, con quizá alguna otra de Cristóbal Halffter y Luis de Pablo, no una revelación sino la definición misma de que esa música que “podía” existir –y lo que es más importante, yo comprender–, efectivamente existía. No deja de ser curioso –y desde luego, denunciable– que ahora, treinta años después, haya tenido que volver a montar mi viejo giradiscos para poder repasarla (por supuesto en la mítica interpretación de Franco Gil para el, entonces así llamado, sello Hispavox), pues todavía, al menos que yo sepa, no está todavía trasvasada al cedé. Tomás Marco escribió esta música veraz e íntima, tan llena de inocencia y una ironía que respira sorna, entre 1968 y 1969. Se trata, como en su día nos explicó elocuentemente Gómez Amat, de música de afirmación estilística, pero también de música de paso.
La obra forma, digamos, un ente con la quizá más conocida Aura para cuarteto de cuerda, Vitral –para órgano y orquesta, todavía mucho más irónica– y Maya, para violonchelo y piano. El título, “de la primera declinación” nos informa acerca de una música que quiere ser principio de algo, quizá de una manera distinta de hacer, y de la que se espera mucho. Fue concebida como un espectáculo audiovisual, en el que el cuarteto de instrumentos (flauta, clarinete, violín y violonchelo) hacían cambiar los elementos plásticos visuales al variar la dinámica o el timbre, etc. Sin embargo, la sustancia de la obra se mantiene intacta cuando se prescinde del montaje y quedan los instrumentos solos; diríase que, así, esa sustancia queda mejor reafirmada. Personalmente, y tras volver a escucharla, creo que el mayor atractivo de esta partitura reside en su capacidad para construir belleza a partir de de las tensiones que generan la repetición, acaso uno de los principios más universales y definitorios de la música.
-Pedro González Mira-
Jesús Villa Rojo: Glosa a Sebastián Durón
‘Glosa a Sebastián Durón’ es un homenaje al citado en el título “Sebastián Duron”, compositor originario de Brihuega (siglos XVII-XVIII), para el concierto homenaje que el Ayuntamiento de esta villa decidió organizar a Jesús Villa Rojo.
“Desde el primer momento consideré fundamental recordar con tal motivo los músicos briocenses, entre los que debe tener siempre un lugar de privilegio Sebastián Durón. Así con este propósito he plateado la composición, tomando como base el nombre de uno de los más importantes compositores históricos españoles y la reproducción de una célula interválica extraída de su zarzuela “Salir el Amor del Mundo”. Esta célula formada por una tercera menor y dividida en una segunda mayor y una segunda menor, intervalos amplísimamente empleados en toda nuestra música, permiten según su ordenación, melismas de reconocido carácter español, lo que puede entenderse como recuperación de esencias nacionalistas. El sentido compositivo en realidad va más allá, reconoce los elementos que pueden formar una partitura, como también reconoce su afinidad estética o histórica pero en definitiva lo que trata es de dilatar los medios expresivos comunes que en todo momento posibilitan el entendimiento y la comprensión musical. La utilización del término ‘glosas’ es aplicado en consideración al interés que este procedimiento ornamental había tenido para nuestros músicos renacentistas y por las amplias consecuencias que en la música instrumental de Sebastián Durón pueden apreciarse”.
Zulema de la Cruz: La Colina del Viento
La Colina del Viento para clarinete, saxofón, violín, violonchelo y piano, encargo del Festival de Tres Cantos 2018 para el grupo Sax-Ensemble con el apoyo del INAEM, es la segunda obra del Tríptico de Las Colinas. En todas ellas la conjunción de ritmos ancestrales y primitivos junto con diversos modos- escalas de diversas culturas son la base. Esta es una pieza textural, rítmica y melódica, que conforma un todo construido sobre el número áureo, las leyes que rigen la biónica y las sonoridades que nos trae el viento de otras culturas, otros lugares, otros mundos… Está dedicada a mi gran amigo y compañero Alberto Ureña.
João Guilherme Ripper: Sexteto
El Sexteto para flauta, clarinete, saxo alto, violín, violoncelo y piano del compositor João Guilherme Ripper es la obra mas reciente de todas. Esta escrita para el Grupo Sax-Ensemble y dedicada a la Fundación Sax-Ensemble y su estreno tuvo lugar el 15 de noviembre de 2019 en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando dentro del ciclo “Música para el tercer milenio” organizado por la citada Fundación. Esta es la primera ocasión en la que el compositor brasileño, el de mayor prestigio en la actualidad, escribe alguna obra en la que participe el saxofón. En este pieza los ritmos brasileños que constantemente propone el piano se contraponen a los juegos armónicos y melódicos que el trio de vientos y el violín y el cello proponen en todo momento, amalgamados por la sonoridad del saxofón.